La familia Quartino se halla vinculada directamente a Ituzaingó desde 1926 aunque ya había habido antecedentes que preanunciaban como un destino el tránsito al entonces pueblito que apenas emergía de las calles de tierra que lo vinculaban con el campo.
Era el
pueblo del paso de las haciendas que viniendo de la abierta y sugerente Gaona
bajaban hasta la barrera de Ratti rumbo al camino que había de llevarlas a
Liniers; el pueblo de la plaza en el lado Sur, de la cancha de fútbol en el
lado Norte, de la vieja escuela junto a ella, de los tradicionales almacenes,
alguno con palenque a su puerta, de los cercos de alambrados trepados por
campanillas que eran guía hacia las ya escasas cinacinas que amarilleaban en
las esquinas, en algunos baldíos y junto a los caminos en las afueras.